el calentamiento global le da las gracias al corona virus. El apagado en china de las chimeneas fabriles empezó a cambiar los mapas satelitales de contaminación del medioambiente. Fábricas inactivas, puertos clausurados, bancos cerrados, grandes...
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el calentamiento global le da las gracias al corona virus. El apagado en china de las chimeneas fabriles empezó a cambiar los mapas satelitales de contaminación del medioambiente. Fábricas inactivas, puertos clausurados, bancos cerrados, grandes concentraciones de personas postergadas, no solo lograron contener el crecimiento exponencial de la curva de contagio sino que también contribuyeron a “despejar” algunos cielos. Cuando comenzó la propagación del coronavirus en China comenzaron a observar cómo la dramática contaminación que se vivía en las grandes ciudades del gigante asiático empezaba a ceder. Los mapas satelitales que mostraban un color que iban del naranja a rojo en varias naciones empezaron a “apagarse” y darle lugar al verde. El cierre de las fábricas en China significó una reducción de “25% en sus emisiones de dióxido de carbono". Sólo ese porcentaje del gigante asiático se traduce en una caída de 6% en el número de emisiones del mundo.
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