. HACIA UNA BUENA AUTOIMAGEN En casi todas las épocas y culturas, la belleza física ha sido admirada como un don especial y la fealdad como una maldición de la naturaleza o de los dioses. Debemos reconocer que mucha gente es especialmente cruel con aquellas...
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. HACIA UNA BUENA AUTOIMAGEN En casi todas las épocas y culturas, la belleza física ha sido admirada como un don especial y la fealdad como una maldición de la naturaleza o de los dioses. Debemos reconocer que mucha gente es especialmente cruel con aquellas personas que se salen de los estándares tradicionales de lo que se considera bello, hasta el extremo de rechazarlas. Basta observar la manera en que algunos niños se burlan de aquellos compañeros que tienen sobrepeso o son extremadamente flacos, de los que son bajitos de estatura o muy altos, y en general de los que poseen algún rasgo desproporcionado. Incluso las personas que infortunadamente sufren malformaciones o deformidades físicas suelen ser víctimas de esta "burla" o ataque a la apariencia. Como sea, el aspecto que adopta la estructura molecular de nuestro cuerpo es fuente de atracción o repulsión (las convenciones sociales no perdonan). La premisa es claramente excluyente: "Estos son los parámetros establecidos, y si no los
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