DESDE MI ASTEROIDE Viene a visitarme. Cada vez menos. Pero todavía viene a visitarme. Hablamos de nuestras flores, de nuestros sueños, de nuestros asteroides y de todo lo que acontece en ellos. Está muy triste por su flor: «No supe comprender nada entonces....
More
DESDE MI ASTEROIDE Viene a visitarme. Cada vez menos. Pero todavía viene a visitarme. Hablamos de nuestras flores, de nuestros sueños, de nuestros asteroides y de todo lo que acontece en ellos. Está muy triste por su flor: «No supe comprender nada entonces. Debí haberla juzgado por sus actos y no por sus palabras. Me perfumaba y me iluminaba. ¡No debí haber huido jamás! Debí haber adivinado su ternura, detrás de sus pobres astucias. ¡Las flores son tan contradictorias! Pero yo era demasiado joven para saber amarla». Y, cuando me visita en mi asteroide, se admira ante mi flor y de que yo casi haya conseguido exterminar los baobabs. Hoy se quedado fascinado ante mis humildes bonsáis. –Alguno ya tiene casi treinta años –le digo. –¿Y cómo pueden vivir en tan poca tierra? –Como tú y yo. Ese platito es su pequeño asteroide. Y yo los protejo. Y ellos me ayudan a cuidar de mi bella, única y espinosa flor. –¿Y no los destruyen los baobabs? –No. Con mis bonsáis no pueden, porque son fuertes como
Less