DICIEMBRE 2016 AÑO XX Nº 222 ADVIENTO: “ESPACIOS PARA LA ESPERANZA” No podemos confundir la invitación a la esperanza con la invocación al optimismo. El optimismo hace mucho ruido, se acompaña de discursos autosuficientes, es la música de los satisfechos;...
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DICIEMBRE 2016 AÑO XX Nº 222 ADVIENTO: “ESPACIOS PARA LA ESPERANZA” No podemos confundir la invitación a la esperanza con la invocación al optimismo. El optimismo hace mucho ruido, se acompaña de discursos autosuficientes, es la música de los satisfechos; pasa de puntillas por encima del sufrimiento. La esperanza camina a paso lento, silenciosamente, y se acompaña de procesos lentos. Todo en la esperanza es germinal y sencillo. Es la energía vital que se necesita para sobrevivir. Mientras el optimismo habla de los satisfechos, la esperanza escucha el clamor de las personas vulnerables. La esperanza cree que hay un espesor y una densidad de la realidad que no es tan fácilmente modificable… el esperanzado es resistente. La esperanza se nutre de tradiciones, de historias y de relatos que permiten explorar las huellas esperanzadas. Se trata de buscar las brasas por debajo de las cenizas. La esperanza se sostiene en la contemporaneidad del Dios que está cerca. La esperanza del náufrago. Un
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