juanperez 5 la mariela La liebre siempre se reía de la tortuga, porque era muy lenta. —¡Je, ¡el En realidad, no sé por qué te molestas en moverte -le dijo. -Bueno -contestó la tortuga-, es verdad que soy lenta, pero siempre llego al final. Si quieres...
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juanperez 5 la mariela La liebre siempre se reía de la tortuga, porque era muy lenta. —¡Je, ¡el En realidad, no sé por qué te molestas en moverte -le dijo. -Bueno -contestó la tortuga-, es verdad que soy lenta, pero siempre llego al final. Si quieres hacemos una carrera. -Debes estar bromeando -dijo la liebre, despreciativa- Pero si insistes, no tengo inconveniente en hacerte una demostración. La tortuga y la liebre Era un caluroso día de sol y todos los animales fueron a ver la Gran Carrera. El topo levantó la bandera y dijo: -Uno, dos, tres… ¡Ya! La liebre salió corriendo, y la tortuga se quedó atrás, tosiendo en una nube de polvo. Cuando echó a andar, la liebre ya se había perdido de vista. Pero cuál no fue su horror al ver desde lejos cómo la tortuga le había adelantado y se arrastraba sobre la línea de meta. ¡Había ganado la tortuga! Desde lo alto de la colina, la liebre podía oír las aclamaciones y los aplausos. -No es justo -gimió la liebre- Has hecho trampa. Todo el mundo sabe
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