Los pueblos Prehispánicos elaboraban tintes o colorantes de origen animal, vegetal, y mineral. Se obtenían de maderas, plantas y flores y se obtenían por procesos de cocción y luego se extraían. La grana cochinilla formaba parte de un consumo de pigmentos y...
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Los pueblos Prehispánicos elaboraban tintes o colorantes de origen animal, vegetal, y mineral. Se obtenían de maderas, plantas y flores y se obtenían por procesos de cocción y luego se extraían. La grana cochinilla formaba parte de un consumo de pigmentos y colorantes, de donde se saca el color rojo. El color azul se sacaba de una planta tintorezca muy asociada al algodón. De maderas como el palo de basil o de Campeche se obtenía también el rojo, el amarillo de mostaza y el color negro se lograba por medio del ollin del pino o de otras plantas que quemaban y molían como el palo de guayabo o las raspas de maíz. Los pigmentos de los colores venían de la naturaleza y la gran diversidad biológica de Mesoamérica se reflejaba en los colorantes naturales que aportó el medio. Por ejemplo, notamos aquí la planta del género indigófera, de donde proviene el añil o índigo y el caracol Purpura Pansa de donde se sacaba el color rojo.
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