3º domingo de cuaresma 24 Por el Bautismo, Dios nos llama a una Vida nueva 1. Juan 4, 5-42 Junto al manantial de Jacob. La escena es cautivadora. Llega Jesús a la pequeña aldea de Sicar. Está «cansado del camino». Su vida es un continuo caminar y recorrer...
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3º domingo de cuaresma 24 Por el Bautismo, Dios nos llama a una Vida nueva 1. Juan 4, 5-42 Junto al manantial de Jacob. La escena es cautivadora. Llega Jesús a la pequeña aldea de Sicar. Está «cansado del camino». Su vida es un continuo caminar y recorrer los pueblos anunciando ese mundo mejor que Dios quiere para todos. Necesita descansar y se queda «sentado junto al manantial de Jacob». Pronto llega una mujer desconocida y sin nombre. Es samaritana y viene a apagar su sed en el pozo del manantial. Con toda espontaneidad Jesús inicia el diálogo: «Dame de beber». ¿Cómo se atreve a entrar en contacto con alguien que pertenece a un pueblo impuro y despreciable como el samaritano? ¿Cómo se rebaja a pedir agua a una mujer desconocida? Aquello va contra todo lo imaginable en Israel. Jesús se presenta como un ser necesitado. Necesita beber y busca ayuda y acogida en el corazón de aquella mujer. Hay un lenguaje que entendemos todos por- que todos sabemos algo de cansancio, sole- dad, sed de f
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