Este documento ha sido descargado de
http://www.escolar.com
PINOCHO
CARLO COLLODI
CAPITULO I
De cómo el carpintero maese Cereza encontró un trozo de madera que lloraba y
reía como un niño.
--Pues, señor, éste era...
--¡Un rey! --dirán en seguida mis...
More
Este documento ha sido descargado de
http://www.escolar.com
PINOCHO
CARLO COLLODI
CAPITULO I
De cómo el carpintero maese Cereza encontró un trozo de madera que lloraba y
reía como un niño.
--Pues, señor, éste era...
--¡Un rey! --dirán en seguida mis pequeños lectores.
--Pues no, muchachos nada de eso.
Este era un pedazo de madera.
Pero no un pedazo de madera de lujo, sino sencillamente un leño de esos con que
en el invierno se encienden las estufas y chimeneas para calentar las habitaciones.
Pues, señor, es el caso que, Dios sabe cómo, el leño de mi cuento fue a parar
cierto día al taller de un viejo carpintero, cuyo nombre era maese Antonio, pero al
cual llamaba todo el mundo maese Cereza, porque la punta de su nariz, siempre
colorada y reluciente, parecía una cereza madura. Cuando maese Cereza vio
aquel leño, se puso más contento que unas Pascuas. Tanto, que comenzó a
frotarse las manos, mientras decía para su capote:
--¡Hombre! ¡llegas a tiempo! ¡Voy a hacer de ti la pata de una mes
Less