Las conejitas que no sabían
respetar
Había una vez un conejo que se llamaba Serapio.
Él vivía en lo
más alto de una montaña con sus nietas Serafina y Séfora.
Serapio era un conejo bueno y muy respetuoso con todos los
animales de la montaña y por ello lo...
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Las conejitas que no sabían
respetar
Había una vez un conejo que se llamaba Serapio.
Él vivía en lo
más alto de una montaña con sus nietas Serafina y Séfora.
Serapio era un conejo bueno y muy respetuoso con todos los
animales de la montaña y por ello lo apreciaban mucho.
Pero sus
nietas eran diferentes: no sabían lo que era el respeto a los
demás.
Serapio siempre pedía disculpas por lo que ellas
hacían.
Cada vez que ellas salían a pasear, Serafina se burlaba:
“Pero mira que fea está esa oveja.
Y mira la nariz del toro”.
“Sí,
mira que feos son”, respondía Séfora delante de los otros
animalitos.
Y así se la pasaban molestando a los demás, todos
los días.
Un día, cansado el abuelo de la mala conducta de sus nietas (que
por más que les enseñaba, no se corregían), se le ocurrió algo
para hacerlas entender y les dijo: “Vamos a practicar un juego en
donde cada una tendrá un cuaderno.
En él escribirán la
palabra disculpas, cada vez que le falten el respeto a alguien.
Ganará la que e
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