TIPO: ORIGINAL
EL CONEJO DE LA LUNA
Quetzalcóatl, el dios grande y bueno, se fue a viajar una vez por
el mundo en figura de hombre.
Como había caminado todo un
día, a la caída de la tarde se sintió fatigado y con hambre.
Pero
todavía siguió caminando,...
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TIPO: ORIGINAL
EL CONEJO DE LA LUNA
Quetzalcóatl, el dios grande y bueno, se fue a viajar una vez por
el mundo en figura de hombre.
Como había caminado todo un
día, a la caída de la tarde se sintió fatigado y con hambre.
Pero
todavía siguió caminando, caminando, hasta que las estrellas
comenzaron a brillar y la luna se asomó a la ventana de los
cielos.
Entonces se sentó a la orilla del camino, y estaba allí
descansando, cuando vio a un conejito que había salido a
cenar.
-¿Qué estás comiendo?, - le preguntó.
-Estoy comiendo zacate.
¿Quieres un poco?
-Gracias, pero yo no como zacate.
-¿Qué vas a hacer entonces?
-Morirme tal vez de hambre y de sed.
El conejito se acercó a Quetzalcóatl y le dijo;
-Mira, yo no soy más que un conejito, pero si tienes hambre,
cómeme, estoy aquí.
Entonces el dios acarició al conejito y le dijo:
-Tú no serás más que un conejito, pero todo el mundo, para
siempre, se ha de acordar de ti.
Y lo levantó alto, muy alto, hasta la luna, donde quedó
estampada
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