Había una vez un niño listo y rico, que tenía prácticamente de todo,
así que sólo le llamaba la atención los objetos más raros y curiosos.
Eso fue lo que le pasó con un antiguo espejo, y convenció a sus
padres para que se lo compraran a un misterioso...
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Había una vez un niño listo y rico, que tenía prácticamente de todo,
así que sólo le llamaba la atención los objetos más raros y curiosos.
Eso fue lo que le pasó con un antiguo espejo, y convenció a sus
padres para que se lo compraran a un misterioso anciano.
Cuando
llegó a casa y se vio reflejado en el espejo, sintió que su cara se
veía muy triste.
Delante del espejo empezó a sonreir y a hacer
muecas, pero su reflejo seguía siendo triste.
Extrañado, fue a comprar golosinas y volvió todo contento a verse
en el espejo, pero su reflejo seguía triste.
Consiguió todo tipo de
juguetes y cachivaches, pero aún así no dejó de verse triste en el
espejo, así que, decepcionado, lo abandonó en una esquina.
"¡Vaya
un espejo más birrioso! ¡es la primera vez que veo un espejo
estropeado!"
Esa misma tarde salió a la calle para jugar y comprar unos
juguetes, pero yendo hacia el parque, se encontró con un niño
pequeño que lloraba entristecido.
Lloraba tanto y le vio tan sólo,
que fue a ayudarle p
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