DULCES SUEÑOS
Calabazas, calabazas y más calabazas, yo sentada en las nubes ¿Se puede
tener un sueño más extraño? Yo pensaba que no hasta que un día me
sorprendí a mí misma.
Rutina; duchita, desayuno rápido, vaqueros y camisa blanca y lista.
Guapa,...
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DULCES SUEÑOS
Calabazas, calabazas y más calabazas, yo sentada en las nubes ¿Se puede
tener un sueño más extraño? Yo pensaba que no hasta que un día me
sorprendí a mí misma.
Rutina; duchita, desayuno rápido, vaqueros y camisa blanca y lista.
Guapa,
¿verdad? Instituto de Llanes; mi instituto.
Mañana atareada, que si libro para
acá, que si libro para allá, en fin, otro día más.
Y por fin la llegada a casa, mi
dulce y acogedor hogar.
Comida en familia, sesión de tele y deberes.
Vamos,
un día completito.
El sol se esconde y nos visita una vez más la blanca luna; luna llena y yo, cómo
no, caigo rendida de sueño en la cama.
Pensaba que iba a aparecer alguna
calabaza por allí, pero no; de repente se ve a lo lejos a un hombre de
apariencia delgada, con gafas y pelo blanco.
Me acerqué hasta él y le pregunté mirándole fijamente a los ojos:
- ¿Quién es usted? Y, por supuesto, ¿qué hace aquí?, ¿qué ha hecho con
mis calabazas?
- Celso Amieva-.
Me respondió simplemente.
No hizo ningún com
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