PROEMIO
“Canta, oh diosa,.
.
.
”,“Háblame,
Musa,…” Tal es el comienzo de los
dos grandes poemas épicos de la
literatura griega, la Ilíada y la Odisea,
compuestos en torno al s.
VIII a.
C.
Comienzo natural, ya que por
poesía épica se entiende un tipo de...
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PROEMIO
“Canta, oh diosa,.
.
.
”,“Háblame,
Musa,…” Tal es el comienzo de los
dos grandes poemas épicos de la
literatura griega, la Ilíada y la Odisea,
compuestos en torno al s.
VIII a.
C.
Comienzo natural, ya que por
poesía épica se entiende un tipo de
poesía narrativa que canta las hazañas de unos héroes pertenecientes a
un pasado más o menos legendario
y cuyo comportamiento glorioso
acaba convirtiéndose en modelo de
virtudes (valor, fidelidad, nobleza,
etc.
).
Estos dos poemas se hallan insertos
en un gran hecho de armas: la conquista micénica de la ciudadela de
Troya (¡Se armó la de Troya!), que,
según los testimonios arqueológicos,
pudo tener lugar hacia 1250 a.
C.
o
poco después.
Tales sucesos debieron impresionar al pueblo griego lo
suficiente como para que sus cantores se decidieran a componer poemas que lo recordaran.
Y sin duda, los poemas, que llamamos homéricos, (al menos la Ilíada)
arrancan de esta épica micénica.
El
fondo más o menos históricos de los
poemas épico
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