LO BUENO DE ACEPTAR LA MUERTE
Es muy sano ser realista.
Es bueno vivir sabiendo y
aceptando que las cosas tienen un fin, y que la vida misma
tiene un fin.
Esta es la realidad, no una ilusión.
Yo puedo prescindir de la posibilidad de que se caiga mi
casa,...
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LO BUENO DE ACEPTAR LA MUERTE
Es muy sano ser realista.
Es bueno vivir sabiendo y
aceptando que las cosas tienen un fin, y que la vida misma
tiene un fin.
Esta es la realidad, no una ilusión.
Yo puedo prescindir de la posibilidad de que se caiga mi
casa, pero no de que todo termina, de que todo tiene un
final.
Sería una falta de realismo vivir toda la vida como si
las cosas no fueran a terminar, desde que nacemos empieza
a contar nuestra estancia en el mundo de la materia.
Por eso cabe preguntarme para qué hago las cosas, en qué gasto la vida, dónde
estoy apuntando, cual es mi rumbo.
Tener en cuenta mi final, la muerte de este
cuerpo, no es pensar en un futuro incierto o lejano, porque eso también influye
en el presente, en mi modo de vivir ahora.
Además, recordar que todo se termina, nos ayuda a relativizar muchas cosas,
nos enseña a no darles tanta importancia a muchas tonterías, a no gastar la vida
en asuntos que no valen la pena.
La muerte como la vida, cada uno tiene aquel
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