¿Por qué un Plan de Lectura?
No se nos ocurrió inmediatamente imponerle la lectura como un deber.
En sus
primeros años los padres nos convertimos en narradores de historias para
acompañarlos plácidamente al sueño.
Si
no disponíamos de la imaginación o el...
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¿Por qué un Plan de Lectura?
No se nos ocurrió inmediatamente imponerle la lectura como un deber.
En sus
primeros años los padres nos convertimos en narradores de historias para
acompañarlos plácidamente al sueño.
Si
no disponíamos de la imaginación o el
talento de narrador necesarios, siempre
se podía echar mano de un cuento.
Les
leíamos historias llenas de niñas con caperuza roja, reinas que regalaban manzanas envenenadas, príncipes que probaban zapatos de cristal, gatos con botas y niños pequeños como pulgares.
Para ellos
era un regalo, incondicional, no se les pedía nada a cambio (si acaso que se durmieran pronto).
Pero entonces llega el momento… ¡tiene que aprender a leer!.
.
.
”Tienes que
leer, el maestro ha dicho que tienes que leer, ahora lee tú sólo que ya sabes, a ver
qué has leído.
.
¿de qué color es la caperuza de la niña?.
.
.
¿cuántos enanitos había en
la casa?.
.
.
¿de qué estaba hecho el zapato?.
.
.
” Se acabó la magia.
Ya no está deseando que llegue el momento í
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