La pintura mágica
Yo no sé si nací de esa manera o me fui quedando así a causa de mi amigo pintor, pero cuando miro una cosa
enseguida me fijo en el color.
La gente, una casa, un libro, da lo mismo: primero me quedo mirando el color de los ojos, de la...
More
La pintura mágica
Yo no sé si nací de esa manera o me fui quedando así a causa de mi amigo pintor, pero cuando miro una cosa
enseguida me fijo en el color.
La gente, una casa, un libro, da lo mismo: primero me quedo mirando el color de los ojos, de la puerta, de la
tapa; sólo después me pongo a ver lo demás que tiene.
Un día un amigo mío me dijo que yo era un chaval con alma de artista, y me dio una carpeta con unos trabajos
que había hecho en acuarela, óleo y pastel.
Dijo que había ordenado los trabajos en la carpeta para que yo
entendiese mejor ese asunto del color.
En las primeras páginas sólo había color.
Mejor dicho, al principio no había
siquiera color: era en blanco y negro, nada más; después venían los colores: amarillo, azul, rojo, y después esos
tres colores se iban mezclando para formar una parte, en unos dibujos que a veces me gustaban y otras veces
no.
Mi amigo me dijo que cuanta más atención prestaba la gente a un color, más cosas salían de él.
Me quedé
mirándole a
Less