ClUDJLO RODftlGO.
2 OE M A R Z O .
DK 1 9 3 0 A Ñ O III.
—NÚM.
126
TIERRA CHARRA
i-MOMO, EL DE SIEMPRE
Nueva y fugaz visita del muñeco bailarín y alegre.
Como todos los
años, viene cargado de serpentinas y, como siempre, oculta el optimismo
de...
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ClUDJLO RODftlGO.
2 OE M A R Z O .
DK 1 9 3 0 A Ñ O III.
—NÚM.
126
TIERRA CHARRA
i-MOMO, EL DE SIEMPRE
Nueva y fugaz visita del muñeco bailarín y alegre.
Como todos los
años, viene cargado de serpentinas y, como siempre, oculta el optimismo
de las horas breves, bajo las sedas de su antifaz.
Viene a sorprender en su
idilio a todas las Colombinas y en sus muecas a todos los Pierrots.
Momo está triste.
Su cara ha perdido aquel gesto locuaz y atolondrado
que prodigara antaño, y poco a poco se va convirtiendo en un pacifico
burgués.
La ciudad vertiginosa le destrona.
Ya no necesita el gran burgo
de sus pantomimas yligerezas, un poco inocentes, a veces, para vivir su vida.
Y este año, consciente del desaire que sufriría en la ciudad que acortó
su breve reinado, se ha refugiado en nuestro pueblo.
Ciudad Rodrigo, que supo conservar en todo su esplendor las fiestas de
Carnaval, será p v a el destronado y olvidado muñeco el refugio que tenga la virtud de 3 cy
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