La leyenda de las fuentes
públicas…
Érase una vez un hombre que se
llamaba Rachid y que vivía en Córdoba.
Su trabajo era cultivar el maíz.
Era muy
pobre porque las plantaciones no crecían bien.
Pero un día Rachid tuvo que buscar agua para regar sus...
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La leyenda de las fuentes
públicas…
Érase una vez un hombre que se
llamaba Rachid y que vivía en Córdoba.
Su trabajo era cultivar el maíz.
Era muy
pobre porque las plantaciones no crecían bien.
Pero un día Rachid tuvo que buscar agua para regar sus plantaciones de
maíz.
Vio de lejos los baños púbicos.
Era muy feliz porque no tenía dinero para
comprar agua.
Recogió el agua y fue a regar su maíz.
Al día siguiente vio que
sus elotes de maíz se habían convertido en elotes de oro.
Fue muy feliz porque
tuvo mucho dinero.
Ya no era pobre.
Y fue desde aquel día que las fuentes públicas (y el agua) fueron muy
importantes para regar sus plantaciones y que los jardines y las plantaciones
fueron muy importantes para ganar dinero.
La légende des fontaines publiques…
Il était une fois, un homme qui s’appelait Rachid et qui vivait à cordoba.
Son
travail étai de cultiver le mais.
Il était très pauvre car ses plantations ne
poussaient pas bien.
Mais un jour Rachid devait chercher de l’eau
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