LA ÚLTIMA FUNCIÓN
De repente, ¡flash!, se ilumina el cartel principal: “Noches de Cabaret”.
Y a
un lado, un sombrero de copa de neón se enciende y se apaga,
¡flash…flash…flash…flash! María pasa por delante del vestíbulo del Teatro de
Variedades Olympia, el...
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LA ÚLTIMA FUNCIÓN
De repente, ¡flash!, se ilumina el cartel principal: “Noches de Cabaret”.
Y a
un lado, un sombrero de copa de neón se enciende y se apaga,
¡flash…flash…flash…flash! María pasa por delante del vestíbulo del Teatro de
Variedades Olympia, el cual conserva todavía la singular estética de aquella “belle
epoque” del Paralelo.
Debutó de vedette en el Olympia una tarde de 1963, después de protagonizar
en pequeños “music hall”, y con bastante éxito, un par de vodeviles y algunas
revistas populares.
-¡Cuántos recuerdos! -musita María, tras echar un fugaz vistazo a su
alrededor.
Dobla la esquina y se adentra en un callejón oscuro que la conduce ante una
resquebrajada puerta por donde entran los artistas.
Un tipo enjuto y de corta
estatura, con un bigote que se alza ligeramente por los extremos, sonríe.
-¡Cada día estás más guapa! -dice, franqueando el paso a María.
-Buenas noches, Paquito.
¡Eso se lo dirás a todas! -dice ella, sin detener el
paso.
Mientras camina por un
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