Una conciencia y una moralidad totalmente nueva son indispensables para producir un
cambio radical en la actual cultura y en la estructura social.
Esto es obvio; sin embargo, las
izquierdas, las derechas y los revolucionarios parecen pasarlos por alto....
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Una conciencia y una moralidad totalmente nueva son indispensables para producir un
cambio radical en la actual cultura y en la estructura social.
Esto es obvio; sin embargo, las
izquierdas, las derechas y los revolucionarios parecen pasarlos por alto.
Cualquier dogma,
cualquier formula, cualquier ideología forma parte de la vieja conciencia, son las
fabricaciones del pensamiento, cuya actividad implica fragmentación -la izquierda, la
derecha, el centro.
Esta actividad conducirá inevitablemente a matanzas de izquierda o de
derecha, o al totalitarismo.
Esto es lo que ocurre al rededor de nosotros.
Uno ve la
necesidad de cambio social, económico y moral, pero las respuestas provienen de la vieja
conciencia donde el pensamiento es el actor principal.
La confusión, el desorden y la
desdicha que los seres humanos llevan entre sí, están dentro del área de la vieja conciencia
y, sin cambiar eso profundamente, toda actividad humana, política, económica o religiosa,
solo
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