“Mi Dios me destinó a vivir esta vida”: José Tituana
Pasos apurados cruzan la Avenida Caracas, una de las principales vías de Bogotá
capital de Colombia; es un verdadero enjambre humano, unos suben y otros
bajan, muchos distraídos, otros asustados, una...
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“Mi Dios me destinó a vivir esta vida”: José Tituana
Pasos apurados cruzan la Avenida Caracas, una de las principales vías de Bogotá
capital de Colombia; es un verdadero enjambre humano, unos suben y otros
bajan, muchos distraídos, otros asustados, una buena parte con afán y la gran
mayoría en otro mundo aislados por un efecto mágico de unos audífonos
conectados a sus oídos que los trasporta, al mejor estilo de la ciencia ficción, a
una realidad paralela.
Hombres y mujeres toman rumbo hacia la carrera trece y a su paso van dejando
atrás un comercio informal conocido popularmente como el “agáchate”, ahí usted
puede agacharse y seleccionar desde un control remoto universal, hasta un
práctico y autodidacta curso de inglés.
Diversidad de olores saturan la calle 63, chicharrón, perros calientes, el humo que
emanan los carros, el fuerte aroma del maní recubierto de dulce aún caliente que
estimula el apetito de los ciudadanos.
Apetito que puede ser calmado con la
infinidad de menús ejecuti
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