¿Pues cómo ha de estar templada
la que vuestro amor pretende,
si la que es ingrata ofende
y la que es fácil enfada?
Sor Juana Inés de la Cruz
EL TAL VEZ DE NUESTRA VIDA
Ayer me declaró su amor, se conjugaron un sinfín de emociones, de sensaciones.
Tarde y...
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¿Pues cómo ha de estar templada
la que vuestro amor pretende,
si la que es ingrata ofende
y la que es fácil enfada?
Sor Juana Inés de la Cruz
EL TAL VEZ DE NUESTRA VIDA
Ayer me declaró su amor, se conjugaron un sinfín de emociones, de sensaciones.
Tarde y
noche, sol y luna y estrellas y juego…
Hoy renace en mí una nueva interrogante.
¿Qué soy? ¿Quién soy? ¿A dónde voy?
Si soy un ser humano que proclama felicidad, entonces ¿por qué no dar eso que yo misma
pregono? Nuevamente vuelven y subyacen preguntas sin respuestas, ¿qué hago aquí? ¿Cuál es
mi meta, mi objetivo?
Interrogantes que tienen que ver con nuestra forma de pensar, con la forma en que nos
relacionamos con los otros, con las decisiones que tomamos.
Ahora me doy cuenta que aún cualquiera de nosotros tiene esa libertad, obtiene el beneficio de
elegir a donde querer ir, a quien alabar, con quién identificarse.
Como los jóvenes que se buscan
a sí mismos, como la puritana que prueba una y otra religión tratando de reivindicarse
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