LAS BRUJAS VOLADORAS DE SAPUYES
Cuando niño, había conocido a Sapuyes. Sabia de la leyenda y tradición
de las brujas voladoras, por eso fue fácil llegar hasta la casa grande de aquel pueblo donde según se dice
vivían las plausibles damas. Cruzó a buen paso...
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LAS BRUJAS VOLADORAS DE SAPUYES
Cuando niño, había conocido a Sapuyes. Sabia de la leyenda y tradición
de las brujas voladoras, por eso fue fácil llegar hasta la casa grande de aquel pueblo donde según se dice
vivían las plausibles damas. Cruzó a buen paso por las calles el poblado, atravesó su parque principal y se
fue directamente hasta la doble puerta de la casa grande, se apeó del caballo, desmonto sus zamarros y se
apresto a golpear una de las dos puertas de la entrada principal de la vivienda. El caballo trató de relinchar,
estaba brioso, raspo por un par de veces sus gastadas herraduras sobre la piedra laja del andén y
demostraba cierto nerviosismo como el de su jinete. El hombre tomo entre sus manos la casi vacía botella de
licor y la llevo hasta su boca, para tomar un aguardiente y golpeo con mayor fuerza, con los nudillos de su
mano derecha, la gruesa puerta.
Una mujer, alta, delgada, de rostro áspero, toda ella vestida de negro, con un pañolón que cubría la cabeza y
gran par
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