E
l último cese de comercialización de granos, convocado entre el 17 y el 23
de enero por la Mesa de Enlace,
dejó un balance claro: limitado
poder de convocatoria de ese
nucleamiento político-empresarial.
Al menos, en las nuevas
condiciones...
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E
l último cese de comercialización de granos, convocado entre el 17 y el 23
de enero por la Mesa de Enlace,
dejó un balance claro: limitado
poder de convocatoria de ese
nucleamiento político-empresarial.
Al menos, en las nuevas
condiciones generadas por el
gobierno, desde que el Ministerio de Agricultura facilitó la
venta de trigo de origen cooperativo a la industria molinera, la
diversidad de intereses estalló, y
los diferendos entre la Sociedad
Rural y la Federación Agraria
pasaron a discutirse en la prensa
comercial.
Ya no hubo modo de
disimularlos: el gobierno había
rajado esa estrategia opositora,
y que tal cosa suceda en un año
electoral es el primer elemento
a contabilizar para la confección
del nuevo mapa político.
La crisis de dirección opositora se vuelve a expandir, dado
que tampoco los dirigentes
camperos dan el pinet.
Y esto
sucede mientras la justicia federal llama a declaración indagatoria a doce directivos de las semilleras Satus Ager y S
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