La cabra del señor seguin
¡Tu se ras siempre el mismo, mi pobre gringoire!
¡Por dios! ¡Te ofrecen un empleo de cronista en uno de los mejores periódicos
de parís, y tienes la osadía de rechazarlos! ¡Mírate no mas, infeliz muchacho!
Mira este abrigo...
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La cabra del señor seguin
¡Tu se ras siempre el mismo, mi pobre gringoire!
¡Por dios! ¡Te ofrecen un empleo de cronista en uno de los mejores periódicos
de parís, y tienes la osadía de rechazarlos! ¡Mírate no mas, infeliz muchacho!
Mira este abrigo remendado, esos pantalones rotos, ese rostro flaco que
anuncia el hambre.
¡Observa entonces hasta donde te ha llevado la pasión por bellas rimas!
¡Observa lo que te han valido los diez años de leales servicios en las paginas del
señor Apolo … ¿No te da un poco de vergüenza?
¡Hazte cronista! ¡hazte cronista, tonto! Conseguirás buena plata, tendrás un
puesto en el restaurante de Brebant y podrás llegar los días de estreno con una
pluma nueva en el sombrero.
¿no? ¿reniegas?
Pretendes seguir libre a tu manera para siempre…
Muy bien, escucha pues la historia de la cabra del Sr Seguin.
Veras lo que uno
ana con esos deseos de independencia a toda costa.
El señor Seguin nunca había tenido mucha suerte con sus cabras a todas las
había ido perdien
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