Estoy de pie mirando la noche sintiendo el dulce susurro de lo desconocido y
recorre sobre mi un escalofrió que me hace voltear hacia el lugar donde la fría luz
de luna es incapaz de llegar cuando con mis ojos veo una sombra que emana un
pútrido olor a...
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Estoy de pie mirando la noche sintiendo el dulce susurro de lo desconocido y
recorre sobre mi un escalofrió que me hace voltear hacia el lugar donde la fría luz
de luna es incapaz de llegar cuando con mis ojos veo una sombra que emana un
pútrido olor a soledad, desprecio y tristeza, me veía mi mismo, veo mi ser en la
parte mas oscura de la noche , me veo lejano, solo y cansado y observo con atención
divisando así un sinnúmero de heridas abiertas en todo mi cuerpo, en todo el cuerpo
de aquella sombra, en mi mismo, sangran de tal manera que el reflejo de mi ser
lejano esta en un charco de sangre cubriendo mis pies pero al observarme lejano no
diviso dolor, impactante a la vista esas heridas, pero hay solo soledad y tristeza,
en ese momento empieza en mi un sentir de dolor, el dolor del ser que miro y que
siente tristeza, lo veo fijamente, yo invadido por el dolor sigo mirándome a mi
mismo ahora rodeado de sombras todas con la sola intención de causar más y más
heridas que no causan dolor
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