COLUMNACOLUMNACOLUMNACOLUMNACOLUMNA
El Congreso
MORELIA, MICH.
¡Quien lo viera!, al uchepo de mi perro ElElElElEl
CachuchasCachuchasCachuchasCachuchasCachuchas que ahora hasta mandil trae y quesque
barriendo el patio del chante y lo casi milagroso, que
¡se...
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COLUMNACOLUMNACOLUMNACOLUMNACOLUMNA
El Congreso
MORELIA, MICH.
¡Quien lo viera!, al uchepo de mi perro ElElElElEl
CachuchasCachuchasCachuchasCachuchasCachuchas que ahora hasta mandil trae y quesque
barriendo el patio del chante y lo casi milagroso, que
¡se puso a recoger su perrera! que siempre tiene
convertida en unen unen unen unen un cuchitrilcuchitrilcuchitrilcuchitrilcuchitril, pero eso sí, en donde
siempre ondea a toda asta la bandera de LosLosLosLosLos
Monarcas del MoreliaMonarcas del MoreliaMonarcas del MoreliaMonarcas del MoreliaMonarcas del Morelia.
Mmmta, “con que poca
agua se ahoga”, me imagino que así le dice cuando
le gruñe el gandalla de El ChatoEl ChatoEl ChatoEl ChatoEl Chato, un perro buldog
americanistaamericanistaamericanistaamericanistaamericanista de la carnicería de la esquina que
anda todo agüitado porque sus guajolotesguajolotesguajolotesguajolotesguajolotes de CoapaCoapaCoapaCoapaCoapa
nomás no levantan el vuelo.
Burlón como es, El
Cachuchas lo agarró ya de
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