Historias increíbles
Betty y Benjamin Bestia estaban muy orgulloso de su castillo.
Para ellos era la
mas maravillosa mansión en muchos kilómetros a la redonda.
Les había
costado añòs ponerlo a punto, con sus bonitas paredes mohosas y sus charcos
negros en...
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Historias increíbles
Betty y Benjamin Bestia estaban muy orgulloso de su castillo.
Para ellos era la
mas maravillosa mansión en muchos kilómetros a la redonda.
Les había
costado añòs ponerlo a punto, con sus bonitas paredes mohosas y sus charcos
negros en los pasillos.
Habían dormitorios húmedos y oscuros con caracoles en
las almohadas, y también sotanos malolientes.
Los fines de semana, silbando alegremente, Benjamín se dedicaba a colgar
nuevas telarañas o a embardunar los techos con barro fresco.
Y cuando
invitaban a cenar a sus bestiales amigos, les mostraban muy orgullosos su
vajilla llena de cucharas y los grifos de lo caliente y frio.
Solo había una cosa que enorgullecía a Betty y benjamín mas que su castillo, y
era su maravilloso hijo Billy bestia.
Querían a Billy y mas de lo que se podían expresar con palabras, y la verdad
es que el chico estaba un poco animado.
Siempre estaban regalándole algo,
como un gran sapo en una caja, y lo dejaban comer todo el helado de
escarab
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