4
Implicar a los alumnos
en sus aprendizajes y su trabajo
«No puedo hacer nada por él, si no quiere curarse», dirá todavía hoy un
médi- co desesperado por la falta de cooperación de su paciente.
«No puedo
hacer nada por él, si no quiere aprender», dirá o...
More
4
Implicar a los alumnos
en sus aprendizajes y su trabajo
«No puedo hacer nada por él, si no quiere curarse», dirá todavía hoy un
médi- co desesperado por la falta de cooperación de su paciente.
«No puedo
hacer nada por él, si no quiere aprender», dirá o pensará también un profesor.
Sin embargo, hay una diferencia: la enseñanza es legalmente obligatoria de
seis a dieciséis años, incluso hasta los dieciocho, según los países; a pesar de la
escolaridad obligatoria, el derecho civil da a los padres la autoridad de enseñar a
sus hijos y de hacer aprender a sus hijos.
Por lo tanto, en las escuelas
encontramos una proporción importante de niños y de adolescentes que no han
elegido libremente aprender y a los que no se les puede decir: «Si no quieres ni
trabajar ni aprender, vete a casa, nadie te obliga a venir a la escuela».
La institución escolar sitúa a los maestros y profesores en una posición muy
di- fícil: deben enseñar, entre veinticinco y treinta y cinco horas por semana,
cuarenta
Less