EL HOMBRE QUE SABÍA
GRAMÁTICAEn aquel país había gente muy interesada en la gramática.
Eran
estudiosos que pensaban que la gramática era lo más importante
que tenía la vida.
Por lo tanto, escribían libros, enseñaban, y no
toleraban que nadie cometiera...
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EL HOMBRE QUE SABÍA
GRAMÁTICAEn aquel país había gente muy interesada en la gramática.
Eran
estudiosos que pensaban que la gramática era lo más importante
que tenía la vida.
Por lo tanto, escribían libros, enseñaban, y no
toleraban que nadie cometiera errores sin marcarlos
inmediatamente.
Un día, un gramático iba por un camino que no conocía –los
gramáticos conocían muy poco los caminos-, y se cayó a un pozo
bastante profundo.
Allí permaneció afligido y lleno de dolores, sin
saber qué hacer.
El tiempo pasaba y el hombre veía que la luz del día se iba
apagando.
-¿Qué será de mí? –se lamentaba-.
Ni un alma pasa por este
camino.
Estaba muy atento a los ruidos y por fin le pareció escuchar que
alguien se acercaba.
-¡Socorro! –empezó a gritar alborotado-.
-¡Sáquenme de este
pozo! ¡Socorro!
Un caminante, que venía de recorrer lejanas ciudades, se asomó
al agujero a escuchar los gritos y preguntó:
-¡Qué a usted le está pasando?
-¡Amigo, me caí y no sé cómo salir! –casi lloró el gram
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