tt^:
, V contemplar el mar desde ¡t¡ cubierta de un horco o desr
Je /(í-s nicas de la cusía, ¿n» habéis sentido una curiosidad
irrvparabU por conocer el mundo mi^tenoan .
fUe ve oculta
{• .
.
.
.
-í ^ /-•.
.
-baio la superficie.
? 1=
I i contemplación...
More
tt^:
, V contemplar el mar desde ¡t¡ cubierta de un horco o desr
Je /(í-s nicas de la cusía, ¿n» habéis sentido una curiosidad
irrvparabU por conocer el mundo mi^tenoan .
fUe ve oculta
{• .
.
.
.
-í ^ /-•.
.
-baio la superficie.
? 1=
I i contemplación del mar desde
_1 j las rocas, da al hombre la verdadera sensación de libertad.
El hombre de los puertos experimenta, tierra adentro, una penosa
sensación de ahogo, como si se
encontrase prisionero.
Y es
que en tierra todos los caminas tienen trazada la dirección
y señalado el término, mientras el mar libre se halla
abierto a todas las rutas del
mundo.
I^a tierra firme, parcelada en jurisdicciones, está sometida a dominio.
Sólo e! mar
es libre, sin más ley que la inmutable de Dios.
fX PKLIGRO DE LA Í:SCA•:•• -• rANDRA Y EL DKStJNCAN Vi;; •: (;-TO DEL SURMAKINO
El mar sólo es temible, arbitrario, iracundo, en la si^perficie arañada por l«»s surcos
que abren quillas y hélices.
TTnos metros más abajo, tiene
la serenidad de sus agua
Less