No hay niños prodigio en filosofía.
No ha habido filósofos precoses.
Tenemos a los sumo
“Escritos de juventud”, y se entiende que los mismos representan un estado inmaduro del
sistema filosófico de su autor.
Se dice que la filosofía es cosa de hombres...
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No hay niños prodigio en filosofía.
No ha habido filósofos precoses.
Tenemos a los sumo
“Escritos de juventud”, y se entiende que los mismos representan un estado inmaduro del
sistema filosófico de su autor.
Se dice que la filosofía es cosa de hombres maduros: “El
búho de minerva levanta su vuelo al atardecer…” La filosofía debe ser sistemática, debe
ser analítica, debe trabajar en un nivel puro de abstracción…pero ¿que es un niño
prodigio? Lo prodigioso del niño consiste, en muchos casos, en que ya no parece un niño.
El Mozart que compone a los cuatro años, es prodigioso: compone como si no fuera un
niño, como si fuera un hombre adulto.
Picasso pinta tan bien, tan tempranamente, que su
propio padre abandona la pintura: el prodigio pinta mejor que su padre y su padre se
retira.
Este libro habla de la filosofía, de los niños y de un posible encuentro entre ambos.
No
habla de aquella señora filosofía ni de este niño prodigo.
No buscamos los filósofos
precoces que no han podido ap
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