UNA ERRANTE LUCIÉRNAGA
Una errante luciérnaga alumbró nuestro beso,
El contacto furtivo de tus labios de seda…
José asunción Silva
Bastó con mirarla para reconocer en ella ese mismo presagio de otros días.
Ese
constante borboritar interno, el olor...
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UNA ERRANTE LUCIÉRNAGA
Una errante luciérnaga alumbró nuestro beso,
El contacto furtivo de tus labios de seda…
José asunción Silva
Bastó con mirarla para reconocer en ella ese mismo presagio de otros días.
Ese
constante borboritar interno, el olor inconfundible a hormonas exaltadas, aquellos
mismos detalles, esa misma luz que iluminó mis pocas ganas de vivir.
Todo ese delirio
que me obligaba a volverme absurdo y cruel conmigo mismo.
Toda esa sensación que
me conducía a caminar hasta desgastar mis zapatos rojos.
Todos esos dolores de otras
épocas que se me regresaban palpitando sólo con verla.
Todos los recuerdos ya vividos
floreciendo de nuevo como si la cinta se estuviera regresando hasta el origen de mi
incredulidad para el amor.
Era tan real mi temor a estar viviendo algo ya vivido que
comprendí que algo comenzaba allí, en ese instante en que la sentí cruzar implacable
por detrás de mí.
Enseguida lo supe todo, porque volví a sentir esa sensación
borrascosa, y las mismas ganas
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