INTRODUCCIÓN
Un mundo de colores ha sido una de las experiencias más bonitas que puede
vivir un educador.
Ha sido para los educadores que hemos participado un volver a
pensar y sentir como cuando éramos niños.
Nos hemos “enfrentado” a los
razonamientos de...
More
INTRODUCCIÓN
Un mundo de colores ha sido una de las experiencias más bonitas que puede
vivir un educador.
Ha sido para los educadores que hemos participado un volver a
pensar y sentir como cuando éramos niños.
Nos hemos “enfrentado” a los
razonamientos de los niños y niñas que han participado y hemos aprendido mucho de
ellos.
Cada día que nos reuníamos con ellos nos dábamos cuenta de que teníamos
mucho que aprender todavía.
Su sinceridad (y a veces sus muchas travesuras) nos
ponían a prueba.
Llegamos a este proyecto con nuestro bagaje de profesores, maestros y
educadores, éramos los que sabíamos y por lo tanto se nos tenía que escuchar.
¡Qué
error!
A medida que el proyecto iba avanzando, los que sabíamos íbamos aprendiendo
de los supuestamente tenían que aprender.
La sinceridad y la profundidad de los
razonamientos y comentarios de nuestros niños y niñas nos hizo comprender que ellos
eran los que realmente nos enseñaban a nosotros.
Tenían las ideas muy claras, quizás
mucho más
Less