Creo que Dios insiste en refrenarse porque ningún despliegue pirotécnico de omnipotencia
conseguiría la respuesta que desea.
Aunque se puede obligar a la obediencia por la fuerza, sólo
el amor puede producir una respuesta de amor, que es lo que Dios desea...
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Creo que Dios insiste en refrenarse porque ningún despliegue pirotécnico de omnipotencia
conseguiría la respuesta que desea.
Aunque se puede obligar a la obediencia por la fuerza, sólo
el amor puede producir una respuesta de amor, que es lo que Dios desea de nosotros y la razón
por la que nos ha creado.
“El Jesús que llegué a conocer al escribir este libro es muy diferente del que me enseñaron en la
escuela dominical.
En algunos aspectos es más reconfortante; en otros, más aterrador.
”
Alcanzando al Dios invisible
"En el centro del Evangelio se encuentra la paradoja del yugo.
Jesús nos ofrece
consuelo-"Vengan a mi todos ustedes que están cansados y agobiados y yo les daré
descanso"- pero el consuelo consiste en tomar sobre sí una nueva carga; la suya
propia.
"Carguen con mi yugo y aprendan de mí, pues yo soy apacible y humilde de
corazón y encontrarán descanso para su alma.
Porque mi yugo es suave y mi carga es
liviana".
Jesús ofrece una paz que comprende nuevas perturbaciones;
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