Hay muchas actividades que repetimos diariamente con nuestros hijos/as, como comer, vestirse, lavarse los dientes, ir a la
cama… Generalmente tendemos a sistematizar este tipo de
actividades, pero corremos el
peligro de realizarlas de modo
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Hay muchas actividades que repetimos diariamente con nuestros hijos/as, como comer, vestirse, lavarse los dientes, ir a la
cama… Generalmente tendemos a sistematizar este tipo de
actividades, pero corremos el
peligro de realizarlas de modo
mecánico.
Tenemos que tener
en cuenta que hablamos de
nuestros hijos/as, de su educación, por lo que debemos actuar
de forma consciente y con especial cuidado.
Debemos dejar que el/la niño/a
actúe autónomamente, para que
pueda aprender y crear sus propias estrategias.
Nuestra intervención generalmente hace que
el proceso se acelere , pero también que el/la niño se salte fases
de ese proceso que pueden tener repercusiones, como por
ejemplo, cuando le ponemos de
pie sujetándolo de las manos
para ayudarle a aprender a andar, y cuando lo consigue nos
damos cuenta de que no sabe caerse, ni siquiera ponerse de pie sólo, por
sí mismo.
La autonomía se debe trabajar
desde el nacimiento dejando actuar al niño/a libremente.
Dejémosle experimentar con su cu
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