Belén Esteban es un símbolo.
Y por tanto da que pensar.
Esta es una cualidad que
comparte con todos los símbolos, pues, dar que pensar es, en definitiva, la primera
función de todo símbolo.
En la Historia, los símbolos, se suceden unos a otros en rango y...
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Belén Esteban es un símbolo.
Y por tanto da que pensar.
Esta es una cualidad que
comparte con todos los símbolos, pues, dar que pensar es, en definitiva, la primera
función de todo símbolo.
En la Historia, los símbolos, se suceden unos a otros en rango y trascendencia, pero son
eje fundamental del dinamismo histórico.
Según Hegel, la Historia es un proceso continuo
de confrontación y superación de la confrontación en una síntesis superior, que, a su vez,
genera una nueva confrontación superada de nuevo.
Es el desarrollo de la propia
conciencia, que pensándose a sí misma, se construye superación tras superación.
El
Todo, la Conciencia, el Absoluto, en definitiva, la Razón posee recursos que podemos
entender como dinamizadores del eterno proceso de superación.
Uno de ellos es el
conjunto de personajes que llamamos “históricos” que, por determinadas circunstancias,
virtualizan en su persona una serie de características que la convierten en puro símbolo.
Esas personas, esos símbolo
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