¡¡¡VAMOS QUE NADA NOS DETIENE!!!
¿Recuerdas esos sueños que tenías cuando eras un niño? Sin miedo a
equivocarme, éstos, de seguro eran muy ambiciosos, eran metas tan lejanas
del suelo, porque lo que querías era alcanzar las estrellas.
Sin embargo con el...
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¡¡¡VAMOS QUE NADA NOS DETIENE!!!
¿Recuerdas esos sueños que tenías cuando eras un niño? Sin miedo a
equivocarme, éstos, de seguro eran muy ambiciosos, eran metas tan lejanas
del suelo, porque lo que querías era alcanzar las estrellas.
Sin embargo con el
paso del tiempo los sueños, de ser astronauta, de inventar cosas, de cambiar al
mundo, ¡han desaparecido! ¡¿Quién se ha robado los sueños de la juventud?!
¿Acaso los dejaste ir con tu niñez? Creo que sería un gran error, ya que como
he escuchado muchas veces, “los sueños para el alma son como las alas para
los pájaros, son los que la sostiene” y es por eso que tener metas e ilusiones
constituye un elemento fundamental en nuestras vidas e incluso para el
porvenir.
Es cierto que al crecer, la realidad nos cae como un balde de agua
fría, y así, tan inesperadamente nos damos cuenta del mundo competitivo,
egoísta y bélico en el que nos hallamos envueltos; pero está en nosotros
mantener ese deseo inamovible de querer hacer realidad nuestros
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