Boletín VI // Enero-Marzo 2008
Fundación Corazonistas
Educamos para el
desarrollo y la justicia
Después de todos los acontecimientos
acaecidos en el colegio de Madrid durante estas navidades, son muchas y
diferentes las sensaciones que hemos
ido...
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Boletín VI // Enero-Marzo 2008
Fundación Corazonistas
Educamos para el
desarrollo y la justicia
Después de todos los acontecimientos
acaecidos en el colegio de Madrid durante estas navidades, son muchas y
diferentes las sensaciones que hemos
ido viviendo; pero al igual que Jesús
se retiraba al desierto y volvía más
convencido de sus actos y palabras
y de hacia dónde se dirigía, así nosotros, después de este “desierto” en
el que hemos sido tentados, también
volvemos a nuestras convicciones más
profundas: “educar a los jóvenes, prepararles para la vida y enseñarles el
amor que Dios nos tiene”.
Apostar por los niños, por los jóvenes, es hoy
no sólo una convicción, sino una necesidad.
“Los mayores son, definitivamente, muy raros”,
decía Saint-Exupéry en El Principito; sólo los niños, desde su inocencia, hacen renacer nuestra
esperanza: ellos son quienes pueden optar al
Reino de Dios.
Después de este tiempo de dudas, podemos
afirmar con más seguridad y con más au
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