Flor de otoño.
Martes 25 de abril
Hoy me ha sucedido un hecho muy especial, tanto así que sólo evocarlo me hace
sentir aquellas fragancias aterciopeladas de una chica que a su vez era todo un
misterio.
No lo digo sin fundamento, puesto que bastaba sólo...
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Flor de otoño.
Martes 25 de abril
Hoy me ha sucedido un hecho muy especial, tanto así que sólo evocarlo me hace
sentir aquellas fragancias aterciopeladas de una chica que a su vez era todo un
misterio.
No lo digo sin fundamento, puesto que bastaba sólo contemplar su andar
grácil y apacible para saber que era una chica poco común, quizás incluso un ángel
caído del cielo y por qué no decirlo, una diosa en su esplendor eterno.
Han pasado tres años desde que la conocí, jamás olvidaré el nombre de aquella
flor que inundó mi vida de esperanza, pero que el destino implacable se encargó de
apartar, son innumerables los sentimientos que viví en su búsqueda, se tornan perennes
los recuerdos del instante que la vislumbré.
Fue en una época como ésta donde percibí
los vestigios del amor, una felicidad inocente me embargó en aquel período, el que a su
vez estuvo marcado por la ruptura, la que inevitablemente me llevó a la nostalgia; una
desavenencia de la vida, que se produciría después de una i
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