Punk…Punk, no soy la más indicada para escribir sobre este hermoso tema.
Pero lo voy a hacer, no
como adepta del punk, ni como punkera, ni mucho menos como fascista, solo lo voy a escribir como
una caótica observadora.
El punk, quizás es la solución para...
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Punk…Punk, no soy la más indicada para escribir sobre este hermoso tema.
Pero lo voy a hacer, no
como adepta del punk, ni como punkera, ni mucho menos como fascista, solo lo voy a escribir como
una caótica observadora.
El punk, quizás es la solución para varios pero para otros es la perdición, para mí solo fue un
sustancioso momento de insatisfacción, y aunque aun llevo conmigo este abyecto sentimiento busco
nuevas alternativas sin estructuras ni contradicciones.
Conocí el punk por una amiga que conoció el punk por el novio, al principio mis lelos y estúpidos
ideales “rastas y hippies” se resistían a ver el resentimiento y el asco social, aunque si contaba con
estos pero por motivos familiares los encadenaba y los sometía entre un cuaderno a la miseria de la
punta de un lápiz y aun en los momentos más críticos hacia lo posible por disimularlos a tal punto de
vomitar a puerta cerrada en el baño de mi casa.
Mis ideales hippies se debían a la continua cantaleta de mi madre de “la acti
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