EL CAMINO – LA CANDELARIA
Hace tiempo ya, debía tomar los mismos caminos de lunes a viernes, de mañana y de
tarde, a cualquier hora del día.
A veces muy temprano a las 7 de la mañana y a veces muy
tarde.
En realidad, eran varios caminos que me llevaban...
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EL CAMINO – LA CANDELARIA
Hace tiempo ya, debía tomar los mismos caminos de lunes a viernes, de mañana y de
tarde, a cualquier hora del día.
A veces muy temprano a las 7 de la mañana y a veces muy
tarde.
En realidad, eran varios caminos que me llevaban desde la carrera 19 hasta el
Palacio San Francisco, en donde estudiaba y solía tomar un camino diferente todos los
días, podía ser por la calle séptima, sexta, quinta o cuarta, pero por lo general iba por la
sexta.
Todo esto estaba ubicado en el corazón de la ciudad, al que llamamos La
Candelaria.
Cuando era de mañana pasaba lo más rápido posible porque no quería sentirme tan
insegura; me bajaba del autobús en la 19 y caminaba lo más rápido que podía para llegar
al palacio; la calle que tomaba no importaba realmente, cualquiera me llevaba hasta allí.
La séptima era la más rápida pero era igualmente la más insegura.
La sexta era un poco
más tranquila pero más solitaria, por la quinta pasaban muchos coches porque por allí
quedaban lo
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