PARA ENTRAR EN EL PAÍS DE LAS HADAS
El árbol de la entrada al camino del canal tenía dibujado un corazón.
No tenía
flechas atravesándolo ni nombres alrededor, solo era un corazón solitario que
no sabía contar historias, decorando el árbol más grande y...
More
PARA ENTRAR EN EL PAÍS DE LAS HADAS
El árbol de la entrada al camino del canal tenía dibujado un corazón.
No tenía
flechas atravesándolo ni nombres alrededor, solo era un corazón solitario que
no sabía contar historias, decorando el árbol más grande y majestuoso del
barrio.
- ¿Sabes la historia de este corazón?- preguntó Rebeca.
Julio no respondió a la pregunta, esas ridiculeces de corazones en los árboles
y cuentos de hadas con finales felices no le atraían para nada.
Rebeca guardo silencio al no recibir una respuesta, desconocía la historia de
este corazón y a diferencia de Julio, le parecía algo tan romántico.
Comenzó a
imaginarse quien habría podido dibujarlo, si sería una pareja enamorada o una
pobre alma solitaria, pensaba en lo inmortal que se había vuelto este amor en
este árbol tan bonito y tan frondoso que nadie era capaz de arrancar.
Se acostó
debajo del árbol y comenzó a mirar la copa y las nubes que se entremezclaban
con las ramas, como formando un laberinto.
De pro
Less