El Niño Travieso
Érase una vez un anciano poeta, muy bueno y muy viejo.
Un atardecer, cuando estaba en casa, el
tiempo se puso muy malo; fuera llovía a cántaros, pero el anciano se encontraba muy a gusto en su
cuarto, sentado junto a la estufa, en la...
More
El Niño Travieso
Érase una vez un anciano poeta, muy bueno y muy viejo.
Un atardecer, cuando estaba en casa, el
tiempo se puso muy malo; fuera llovía a cántaros, pero el anciano se encontraba muy a gusto en su
cuarto, sentado junto a la estufa, en la que ardía un buen fuego y se asaban manzanas.
- Ni un pelo
de la ropa les quedará seco a los infelices que este temporal haya pillado fuera de casa -dijo, pues
era un poeta de muy buenos sentimientos.
–
¡Ábrame! ¡Tengo frío y estoy empapado! -gritó un niño desde fuera.
Y llamaba a la puerta llorando,
mientras la lluvia caía furiosa, y el viento hacía temblar todas las ventanas.
- ¡Pobrecillo! -dijo el
viejo, abriendo la puerta.
Estaba ante ella un rapazuelo completamente desnudo; el agua le
chorreaba de los largos rizos rubios.
Tiritaba de frío; de no hallar refugio, seguramente habría
sucumbido, víctima de la inclemencia del tiempo.
- ¡Pobre pequeño! -exclamó el compasivo poeta,
cogiéndolo de la mano-.
Less