CONCIENCIA BREVE
Cuento de Iván Egüez
Esta mañana Claudia y yo salimos, como siempre, rumbo a nuestros empleos en el cochecito que mis padres
nos regalaron hace diez años por nuestra boda.
A poco sentí un cuerpo extraño junto a los pedales.
¿Una
cartera?...
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CONCIENCIA BREVE
Cuento de Iván Egüez
Esta mañana Claudia y yo salimos, como siempre, rumbo a nuestros empleos en el cochecito que mis padres
nos regalaron hace diez años por nuestra boda.
A poco sentí un cuerpo extraño junto a los pedales.
¿Una
cartera? ¿Un.
.
.
? De golpe recordé que anoche fui a dejar a María a casa y el besito candoroso de siempre en
las mejillas se nos corrió, sin pensarlo, a la comisura de los labios, al cuello, a los hombros, a la palanca de
cambios, al corsé, al asiento reclinable, en fin.
Estás distraído, me dijo Claudia cuando casi me paso el semáforo.
Después siguió mascullando algo pero yo
ya no la atendía.
Me sudaban las manos y sentí que el pie, desesperadamente, quería transmitir el don del
tacto a la suela de mi zapato para saber exactamente qué era aquello, para aprehenderlo sin que ella notara
nada.
Finalmente logré pasar el objeto desde el lado del acelerador hasta el lado del embrague.
Lo empujé
hacia la puerta con el ánimo de abrirla en form
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