Cuando el corazón se canse de sufrir y la voluntad de batallar y el alma de
esperar… date una tregua.
También las hojas cabecean ante el sopor del sol, y la lumbre se hace brasa, y
las estrellas se ocultan, y los pájaros se duermen y el paisaje se...
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Cuando el corazón se canse de sufrir y la voluntad de batallar y el alma de
esperar… date una tregua.
También las hojas cabecean ante el sopor del sol, y la lumbre se hace brasa, y
las estrellas se ocultan, y los pájaros se duermen y el paisaje se desvanece
No pares el motor de tu vida… dale una tregua.
No para desistir, sino para reponerte.
No para claudicar… sino para reparar fuerzas.
… No para quedarte parado, sino para revisar detrás de tu horizonte y empezar a configurarte… y a planear detrás de la tregua.
El agobio es un polvo que asfixia; la fatiga una niebla que ciega; las tensiones,
un estirar que explota; la falta de tiempo un desasosiego que acelera; los contratiempos diarios, pequeños impactos que enervan.
Cuando se acumule mucho sobre tus nervios y tu resistencia… Date una tregua… pero no desistas, no te amargues, no te destruyas; aunque cueste seguir en pie, date una tregua; pero vuelve a crecer, vuelve a cosechar, vuelve
luchar, vuelve a la brega diaria.
Pero sin
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