UN VIAJE AL CENTRO DEL PARAISO
La temperatura era ideal.
Motril, finales de abril.
Quien conozca esta bendita tierra sabe
de qué hablo.
La bandera de grandes dimensiones instalada al pie del Santuario de Ntra.
Sra.
de la Cabeza (Cerro de la Virgen para...
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UN VIAJE AL CENTRO DEL PARAISO
La temperatura era ideal.
Motril, finales de abril.
Quien conozca esta bendita tierra sabe
de qué hablo.
La bandera de grandes dimensiones instalada al pie del Santuario de Ntra.
Sra.
de la Cabeza (Cerro de la Virgen para los más castizos) mostraba sus pliegues
totalmente quietos, como si se tratara de una pintura.
El autobús ya estaba esperándonos.
Algunos compañeros de viaje habían madrugado más
que yo, pero la mayoría se retrasaba hasta la desesperación.
Al fin se inició la marcha.
Me dije: ”Elena, va a ser un maravilloso viaje, ya verás”.
Tomamos la carretera de Málaga.
Atrás quedaron Salobreña, Almuñécar, La Herradura y
la vieja calzada se convirtió en una moderna autovía.
Tras unos cuantos ronquidos
llegamos al aeropuerto de Málaga.
Entré en el lavabo y me retoqué un poco el maquillaje.
La verdad es que no me gusta abusar de estos artificios, pero algo hay que hacer por
echarle una mano a la madre Naturaleza.
Al salir del tocador me t
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