Anémona
Lo que en el pensamiento son
la afirmación y la negación, son en el
deseo la persecución y la huida.
Aristóteles
Cuando Estela trajo el hongo todos nos apelotonamos alrededor suyo para
poder acercar lo más posible el rostro al pequeño tarro de...
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Anémona
Lo que en el pensamiento son
la afirmación y la negación, son en el
deseo la persecución y la huida.
Aristóteles
Cuando Estela trajo el hongo todos nos apelotonamos alrededor suyo para
poder acercar lo más posible el rostro al pequeño tarro de cristal.
Y observar así de
cerca los vaivenes, las idas y venidas, los retorcimientos, torsiones y volteretas del
esponjoso corpúsculo blanco dentro del agua, las deformaciones y protuberancias
submarinas que generaba, su obstinación por lo informe.
Yo estaba seguro que aquel
bicho nos estaba escrutando, contoneándose tan cerca de nuestras caras que yo sentía
que sus ojos eran en realidad los de Marcelo y Estela de tan oportunamente que se
proyectaba sobre sus rostros, hinchados a través del agua.
Nos miraba.
Y si se hubiera
sentido intimidado por nuestra curiosidad o nuestro tamaño, sin duda habría sabido
disimularlo.
No éramos nosotros tres suficiente amenaza.
En una de sus contorsiones se
había qued
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