Al día siguiente, las niñas dibujaron un robot con una escoba y un bigote mágico, que
servía para limpiar a más velocidad.
Mientras barría movía el bigote y creaba un remolino que hacia desaparecer la suciedad.
Pronto la casa estuvo limpísima.
Ahora que...
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Al día siguiente, las niñas dibujaron un robot con una escoba y un bigote mágico, que
servía para limpiar a más velocidad.
Mientras barría movía el bigote y creaba un remolino que hacia desaparecer la suciedad.
Pronto la casa estuvo limpísima.
Ahora que la casa estaba limpia no les hacia falta el
robot, que con sus remolinos hacia volar sus papeles por toda la casa.
- ¿Porque no dibujamos una goma mágica y borramos al robot? Dijo Paula.
Buena idea, le contesto su hermana.
Se pusieron a dibujar y en un momento ya la tenían.
Empezaron por borrarle el bigote,
el remolino paro de golpe y los papeles cayeron al suelo.
Después le borraron la escoba,
pero el robot se puso tan triste que tuvieron que dibujarle una pelota para contentarle.
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