Ya veis que no soy un pesimista ni un desencantado, ni un vencido, ni un amargado por
derrota ninguna: a mí no me ha derrotado nadie y aunque así hubiera sido, la derrota sólo
habría conseguido hacerme más fuerte, más optimista, más idealista, porque los...
More
Ya veis que no soy un pesimista ni un desencantado, ni un vencido, ni un amargado por
derrota ninguna: a mí no me ha derrotado nadie y aunque así hubiera sido, la derrota sólo
habría conseguido hacerme más fuerte, más optimista, más idealista, porque los únicos
derrotados en este mundo son los que no creen en nada, los que no conciben un ideal, los
que no ven más camino que el de su casa a su negocio y se desesperan y reniegan de sí
mismos, de su patria.
.
.
.
¡trabajo va a tener el enemigo para desalojarme a mí del campo de batalla!
El territorio de mi estrategia es infinito y puedo fatigar, desconcertar, desarmar y aniquilar
al adversario, abligándolo a recorrer distancias inmensurables, a combatir sin comer, ni
beber, ni tomar aliento la vida entera y, cuando se acabe la Tierra, a cabalgar por los aires
sobre corceles con alas si quiere perseguirme por los campos de la imaginación y del
ensueño.
Y después el enemigo no podrá renovar a su gente por la fuerza o por el interés porque
Less